jueves, 21 de mayo de 2009

SETI detecta pulso láser extraterrestre


Un astrofísico de la Universidad de Western Sydney, Ragbir Bhathal, ha detectado en Diciembre del 2008 una señal láser que provenía del espacio exterior.

Este científico desempeña sus funciones en las instalaciones australianas,

SETI, la organización que efectúa una búsqueda de inteligencia extraterrestre a través de radiotelescopios.


Bhathal afirma que puede haber la posibilidad de que se tratase de un fenómeno físico común o sencillamente era ruido aleatorio proveniente del espacio. Este científico dio a conocer su descubrimiento. “La NASA usa laceres para que se comunique en el espacio, de modo que no es tan absurdo pensar que una civilización extraterrestre podía utilizarlos también”, expuso.


el láser NOVA del propio Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, California, usado en experimento de fisión nuclear, tiene la capacidad de producir 1,000 millones de vatios de luz láser en una fracción pequeñísima de segundo. En caso que reflejáramos dicho haz en un espejo de una decena de metros como el del telescopio Keck de Hawái, se podría emitir una luz 5,000 veces más brillante que el mismo Sol hacia donde se quisiera. Se tiene que asumir que ET es capaz también de hacer una cosa así o similar.

Todavía es muy pronto para referir esta luz láser a una civilización de otro mundo. Sin embargo, SETI sigue trabajando en esto.


Si se tiene éxito, la señal detectada por Bhathal podría tener la respuesta a esta gran búsqueda de la humanidad.

domingo, 3 de mayo de 2009

DARPA en busca del cerebro virtual de un chimpancé


La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de Estados Unidos, DARPA, trabaja en la elaboración de un mapa completo cerebral de los chimpancés.

con el fin de que los conocimientos obtenidos en este proyecto se puedan aplicar para el desarrollo de tratamientos que colaboren en la recuperación de personas que sufrieron algún daño en el cerebro.


Lo que la agencia busca, en realidad, es construir un modelo en silicio del cerebro en cuestión. Dicha réplica computacional de un simio es el punto de partida del novedoso proyecto. Una vez listo, el modelo debería ser lo bastante fiel como para la reproducción del funcionamiento del cerebro al efectuar tareas complicadas, y ser lo adecuadamente sofisticado como para la estimación de lo que sucede en caso de que se originen daños en uno o muchos canales sensoriales de entrada.


Sin embargo, las posibilidades, claro, no acaban allí. DARPA al tener su compu-primate listo, tendría el área despejada para experimentar muy sencillamente con lo que se da con los mecanismos de aprendizaje al someterlo a ciertos estímulos. Si esta simulación es lo suficientemente valiosa, se podría alisar el camino hacia el aprendizaje –o adiestramiento- mucho más eficaz.